Wednesday, November 11, 2009

Lactofiesta









Fue un éxito escandaloso. Los dos menúes, el criollo y el mediterráneo, estaban deliciosos, apoyados por un descenso de temperatura de 15 grados en un lapso de cinco minutos. El tinto era mucho más decente de lo que cabía esperar y además había cuatro maneras bien distintas e interesantes de sacar fotos. La librería lució como nunca y la concurrencia para mí fue lo mejor. Gente que es lindo ver de vez en cuando. Nadie ni se atreve a decir que se repita, porque sabemos que esos momentos son regalos muy raros que cada tanto nos hacen los hados.
Las fotos: Cara de mujer en Tristán Narvaja es de Pablo Bielli; Autorretrato es de Ramiro Ozer Ami; Libro es de Luis Alonso y Muelle muerto de Gabriel García.

Friday, October 23, 2009

Lactoducto

Es una muestra de fotos de Luis Alonso, Pablo Bielli, Gabriel García y Ramiro Ozer Ami, que será expuesta esta noche y sólo esta noche en la librería El Inmortal, en Tristán Narvaja 1533, Montevideo, Uruguay. Algunas de las obras se mantendrán en Dadá es nada por un tiempo más.


Tuesday, August 18, 2009

Zen

El viejo estanque,
salta una rana.
¡Plaf!

El tipo que escribió este haiku es un monje zen, por supuesto. Se trata de una metáfora de la iluminación, o bien podría ser un relato pormenorizado de una iluminación. El monje en estado contemplativo en el estanque plácido y una rana sobre una piedra que, sin decir agua va, salta. Y entonces se produce el milagro: el monje deja de pensar y pasa a ser. El sonido de la rana al entrar al agua: plaf. Así de simple, ése fue el empujón para que el monje diera el salto al vacío que se denomina zen. Ese hombre que había dedicado su vida al estudio del zen y que había agotado las mil y una formas de la meditación, que sabía de memoria las escrituras del Buda y de los Vedas y que había renunciado a todo, para terminar sus días junto al estanque. Ese monje, en ese momento, logró olvidarse de todo lo que había aprendido, logró olvidarse de su identidad, de su mente y todas sus construcciones y pasó a ser parte integrante del universo, a entender sin pensar, retornó al mundo real. En ese momento pasó a ser el Buda, como ya lo eran la rana y el estanque.
Quién diría, ¿no?

Tuesday, August 11, 2009

El publicófono

La idea era que Dadá es nada produjera siempre contenidos propios y así se diferenciara de la gran mayoría de la blogósfera, pero no pude resistir la tentación de compartir esta minucia. En realidad no está claro que logre demostrar la universalidad de la música, pero es un uso infrecuente y muy disfrutable del publicófono, por llamarlo de alguna manera.
Lo encontré en Boing Boing, un blog que vale la pena vichar de vez en cuando.

World Science Festival 2009: Bobby McFerrin Demonstrates the Power of the Pentatonic Scale from World Science Festival on Vimeo.

Monday, August 3, 2009

Muerte en el aire

Me complace presentarles este corto. Disfruté mucho al escribir el guión y mucho más cuando encarné al personaje, un hombre-radio en el underground de Miami. Es mi segunda colaboración con el director y productor Christian Mendoza. El antagonista es Roberto Durán, con quien cursamos la escuela de teatro de El Galpón, en Montevideo, hace un par de décadas. Fue escrito y rodado en diciembre de 2005 y estrenado en Miami en enero de 2006. Esta exhibición de Dadá es nada, a través de Yahoo videos, es el estreno fuera de Estados Unidos. (Ver)

Dadá es nada

El universo se comporta de manera caprichosa. Es sabido que los anhelos de predecirlo no hacen más que ahondar el misterio. Esa incertidumbre ha provocado un sinfín de zozobras, entre ellas la religión y la ciencia. Apasionantes las dos y sin embargo prefiero la poesía.
La idea de que somos el producto de un estallido feroz, o mejor dicho, que somos ese estallido todavía en expansión, es sin dudas sublime. Tampoco me deja de conmover la teoría que explica que Dios dijo luz y la luz se hizo. Pero me asalta la sospecha de que son versos, expresiones vertidas en el lenguaje del alma: la poesía.
Suelo pensar que todos los caminos conducen a Roma. Que la lluvia y la muerte y la espera y el amor y el miedo y la geometría y el sueño tienden a la poesía. Y que al final “la fina seda se rompe” ¿o no es el final?
Me gusta embriagarme con esa ignorancia, tan parecida a la perfección. Emborracharme de duda, de posibilidades mágicas. Y, de entre tantas verdades que me acechan, tengo predilección por las que no ambicionan propósito ni sentido. Es como si dijera: la razón y la fe no son más que instrumentos defectuosos, tal vez dejados astutamente a nuestro alcance para inducirnos al error, para mantenernos ocupados mientras cumplimos un destino insospechado.
Y entonces a lo nuestro. Sí creo. Creo que Dadá es nada. Así lo profetizó el poeta Tristan Tzara y desde entonces abundan las sospechas. De forma inmediata sonaron las voces de alarma: no, de ninguna manera, Dadá es algo. Una filosofía, una religión, una energía, un seguro contra incendios. No hay nada que sea nada. Ni siquiera Dadá puede presumir de una cualidad tal que contradiga la máxima que establece para siempre que algo es algo.
Otros, más profundos, refutaron a los refutadores, diciendo que aquéllos ignoraban una verdad que estaba delante de sus sentidos y de sus mentes. Los acusaron de ciegos, sordos y obtusos. Pero éstos tampoco daban con la solución. Dadá no es el elefante en el living. Dadá es, no me canso de repetirlo, nada.
Así se intuye. Así se goza, se festeja, se sufre y se deplora. Dadá es nada. Para los hombres libres de las telarañas de la razón y de la superstición hay una claridad cegadora que inunda cuerpo y alma: Dadá es nada.
Suele atribuirse a Boris Vian la máxima que dice que en un mundo tan saturado de conceptos tan inteligentes y bien meditados, la única manera de ser original es decir tonterías. Puedo pretender una voz propia, en ese contexto.

Sunday, July 26, 2009

Mauro Acuña

Es un miamero nacido en Paysandú y criado en San Carlos. Fue el que me dio el empujón a la web y ahora miren con qué moneda le pago. El tipo está contra la pared del ascensor y yo se ve que le trataba de explicar alguna cosa.


Vomitar sangre

Cuando escribo intento disimular las emociones. No me parece digno acumular borradores de expresión de emociones. A veces intento describir la emoción sin emoción, lo que es una variante del disimulo del que hablamos. A veces exclamo me cago en la gran puta, pero sin signos. No sé si está bien. Me vienen ganas, dos por tres, de vomitar sangre en la página, pero no tengo ni idea de cómo se hace.

Wednesday, July 22, 2009

Puente roto

El comentario más sesudo de todos los que he leído y escuchado con esto de los cuarenta años desde que Armstrong pisó la luna es el de Tom Wolff, en el New York Times. El artículo se titula One giant leap to nowhere (Un salto gigantesco a ningún lado) y la tesis es simple. La gracia de ir y pisar la luna era que significaba un comienzo en el afán de edificar un puente a las estrellas. Dado que hasta donde sabemos somos los únicos vivos en el universo y teniendo en cuenta que la estrella que nos da esa vida tarde o temprano se va a apagar, es lógico que intentemos salir a buscar otra cosa. Ir y pisar la luna era como decir Yes, we can. Después vendría Marte y después saldríamos del Sistema Solar y ya encontraríamos algún lugar habitable, donde perpetuarnos como Dios manda. Pues resulta que no, que se tomó como una victoria militar (es pa los rusos que lo miran por tevé) y se dejó de gastar la millonada ý de pensar en conquistar nuevos mundos.
Qué macana, ¿no?

Thursday, July 16, 2009

Rio de Janeiro

Schubert Gambetta agarra la pelota con las dos manos.
Para siempre.
¡Salud!

Saturday, July 11, 2009

Stupid situation

Éste es un objeto curioso. Lo encontré cuando buscaba un nombre para el blog y se me ocurrió Bananafish, basado en el cuento A perfect day for bananafish, de J. D. Salinger, uno de los relatos más disfrutables que he leído. Intenté la dirección http://www.bananafish.blogspot.com/ y resultó que ya existía. Me metí y leí Stupid situation, que era lo único que había y que estaba fechada el 13 de octubre de 2000. La voz de Salinger, y más precisamente la de Holden Caulfield, protagonista de su más famosa novela, The catcher in the rye, es reconocible en esta breve confesión adolescente. El tema es muy similar al de La intrusa, uno de los mejores cuentos de Jorge Luis Borges.
Sobre su autor nada he podido averiguar. Ni nombre, ni correo electrónico. Nada. Lo que sigue es una traducción propia, todo lo fiel que me fue posible.


hace bastante tiempo, cuando tim y yo todavía trabajábamos en la tienda de video, apareció brandi. yo había escuchado buenas cosas sobre ella, unas dos semanas antes de conocerla. de repente empieza a caer a lo de josh (amigo mío y de tim) y anda por ahí todo el tiempo. a tim y a mí nos atrajo enseguida. está buena, para empezar, y además es la tipa más cool que conocí jamás. no es de esas retardadas que siempre se andan quejando. no es una ignorante. no es superficial. no tiene nada que ver con ninguna otra tipa que yo haya conocido. tim se mueve primero, porque a mí me gusta tomarme mi tiempo, así que después de sólo unas tres semanas de haberla conocido, la tipa se está cogiendo a tim periódicamente y tim me está diciendo que la cosa va en serio. entonces empiezo a escuchar que mientras está saliendo/cagando a tim, también está saliendo/cagando a un tipo que se llama adam, y que vive con ella. después escucho que también cagó a mis amigos greg y kenny y que también trató de cagar a mi mejor amigo, joel. así que, de una, brandy pasa de ser la tipa más cool jamás vista a ser la putita barata que le está rompiendo el corazón a mis amigos. lo dejé pasar por un tiempo hasta que me sentí demasiado mal por tener la boca cerrada. así que le largo a tim todo el cuento sobre su sucia puta y el tipo me sale con una cosa onda “sí, bueno, supongo que es algo que tengo que tolerar si quiero seguir estando con ella”. qué boludo. habrán pasado unos dos meses de eso y tim y brandi medio que viven juntos y tim jura que ella ya no lo engaña y todo ese cuento pero yo no lo creo. para colmo está la situación de brandi conmigo. a pesar de las cosas que le hizo a mi buen amigo en el pasado y las que podría hacerle en el futuro, yo todavía le tengo unas ganas terribles. estoy convencido de que ella también me tiene ganas, lo que complica las cosas. cuando la tipa empiece alguna clase de acercamiento sexual conmigo, y créanme que lo hará, no sé cómo voy a reaccionar. creo que debería atarla y matarla.

Ajedrez

Juego por Internet, desde hace algo más de un lustro. Se puede decir que sé perder, ya que he mordido el polvo de la derrota en 11.877 oportunidades, pero también puedo presumir de ser un ganador, puesto que he saboreado las mieles de la victoria 14.911 veces. Lo que me parece que está claro es que no juego al empate. Tan sólo 847 partidas, de las 27.635 que he disputado desde el sábado 10 de mayo de 2004 hasta hace un ratito nomás, finalizaron en tablas.
Siempre juego partidas a cinco minutos por bando. Cinco minutos para hacer la totalidad de las jugadas, hasta perder o ganar por juego o por tiempo, excepto en esas tres de cada cien partidas que terminan en tablas. Vale decir que una partida puede durar, como máximo, diez minutos menos una enésima de segundo. Ajedrez ping-pong, que se le llama. Hay partidas que se deciden en medio minuto o menos, cuando uno de los jugadores comete un error mayúsculo y abandona. Hay otras que agotan los relojes y gana quien tenga el ratón más rápido del oeste.
El club virtual en el que juego es el Free Internet Chess Server, conocido como Fics: http://www.freechess.org/ Hay 20.299 jugadores, desde un puñado de grandes maestros hasta gente que apenas sabe mover las piezas. Cada jugador tiene un puntaje, que lo ubica en la jerarquía del Fics, desde uno que tiene 2.431 hasta otro que ostenta 392. Yo ando un poco por encima del promedio, con 1509. Mi nom de guerre es ornito, para quien quiera medirse conmigo.
Quienes hayan reparado en los números del primer párrafo tendrán motivos para el escándalo. En efecto, desde que entré al mundo del ajedrez virtual jugué un promedio de más de 14 partidas de ajedrez ping-pong por día, lo que involucró un 10,5 por ciento del tiempo total de mi vida y aproximadamente el 17 por ciento de mi vigilia. Esto tiene una explicación muy sencilla: el ajedrez es apasionante. Voy a jugar ahora mismo y entonces les cuento cómo me fue.
Bueno, marché. Fue contra Axe (1588). Ahora mi ranking es 1503. Jugué con blancas y abrí con peón rey. El tipo me jugó defensa siciliana. Lo ataqué de forma salvaje, como suelo, pero se defendíó bien y tuve que abandonar cuando me iba a dar jaque mate en la próxima. Qué se le va a hacer.

Sueños

Éste es el producto de mi encuentro con un individuo muy peculiar, que se llama Christian Mendoza y que yo llamo Director. Lo conocí en Miami, en 2004, cuando el hombre estaba al borde de un colapso nervioso porque tenía que filmar su primer cortometraje y le faltaba el actor para un personaje fundamental: el doctor Krauss. Charlamos un rato y me ofreció el papel, que yo acepté sin vacilar. El resultado no nos llevó a la gloria pero la experiencia fue muy disfrutable y la amistad resultó duradera. El tipo es sobrino nieto de uno de los generales que dieron el golpe de estado en Chile y eso de alguna manera le pesa pero el video debería inscribirse en la estética del llamado "bolazo tropical". (Ver)

Tuesday, June 30, 2009

La inmiscusión terrupta

No podía faltar en la pantalla de Dadá es nada. Los que me conocen desde hace más tiempo se saben de memoria este texto sin haberlo leído nunca. He aprovechado docenas de reuniones para declamarlo, con la sola justificación de que había por lo menos una persona que no lo conocía. Hace unos años Adriana Nartallo (cámara) y Daniel Amorín (edición) decidieron registrar el asunto para la posteridad. (Ver)

Wednesday, June 24, 2009

Camello ciego

Esto fue escrito durante trece madrugadas de arduo trabajo en la recepción de un hotel de Miami, en diciembre de 2006. Está basado en una anécdota que conozco desde siempre, con las complicaciones que se me ocurrieron en la soledad del lobby.
Si quieren mi opinión personal, no está mal.

“Fortuna en los juegos de azar”.
La bruja se dio por satisfecha con ese augurio alentador. Micaela se quedó mirando su propia mano, como si quisiera descubrir en las líneas los números ganadores del próximo sorteo. Era el turno de Ricardo. Esta vez la bruja leyó la palma en silencio y luego lo miró a los ojos.
“Serás traicionado por la persona de quien menos sospechas”.
Gaspar no se pudo contener.
“Vamos mejorando”, dijo. “De la fortuna a la traición. Para mí un viaje, por favor. O un encuentro inesperado, por lo menos”.
Decía esto mientras estiraba la mano. La bruja ni siquiera la tomó entre las suyas. Apenas una breve mirada. (Leer más)

¿Y tu cadáver?

Siempre tuve la sensación de que la cosa no cuajaba del todo con este cuento. Pero con esto del blog lo releí para darle una oportunidad y me gustó. Fue escrito en Montevideo, a fines de 2003.


Lo despertó una mosca demasiado grande, que trabajaba a conciencia en su frente ensangrentada. Cabrales la espantó con el brazo. Hizo un gran esfuerzo de voluntad para incorporarse pero no logró moverse. Sentía un dolor de cabeza intenso. Trató de pensar. Estaba en el suelo. Miró hacia un costado y vio la mesa dada vuelta y vidrios rotos por todo el piso. Hizo un esfuerzo supremo y logró sentarse pero entonces el dolor de cabeza fue atroz. Las paredes estaban manchadas de rojo violáceo. Había un olor nauseabundo que le daba vuelta las entrañas. La habitación giraba. Cerró los ojos. Todavía era incapaz de pensar. (Leer más)

Jesús de la Barra

Es el primer cuento que escribí y al que le tengo más afecto. No sería realidad sino fuera por la tutela de Renzo Rossello, escritor y periodista, cuando trabajámos juntos en el diario El País, en Montevideo, allá por el año 2001. Desde su primer comentario, "esto no es literatura" hasta el último, "está muy bien" fue un guía paciente y sutil. Pues eso, que está dedicado a Renzo Rossello.

Llegué a la Barra el 24 de mañana. Almorcé en el bolichón de los laburantes y me quedé sin un peso. Tenía mis hojas y si vendía un dibujo me iba a dar por lo menos para cenar una pizza y una cerveza. Pero se hizo de noche y no había vendido nada. Intenté en los restaurantes pero ni siquiera me dejaban entrar. A Jesús lo conocí en la madrugada de Navidad. Bajé a la playa de Montoya porque sentí que había fiesta y me acerqué a un fogón enorme que había en la arena. Jesús recitaba y había unos pibes que tenían unos tambores africanos. Yo tenía mis hojas abajo del brazo. Me senté a la rueda sin que nadie me dijera nada y al poco rato recibí la pipa. (Leer más)

Sunday, June 21, 2009

Creacionismo

Finalmente he cedido. La presión fue intolerable. Dejé el egoísmo de lado y me puse a escribir el blog. En el principio fue una idea brillante de un amigo, onda: che, ¿por qué no ponés en la web todas esas ideas fantásticas que tenés, boludo? Como si el universo estuviera dispuesto a enmudecer para escuchar mi voz. Después el asunto se convirtió en una bola de nieve. Todo el mundo quería leer mi blog. Estaban sedientos de esa onda, de esa profundidad, de ese filo. Hasta de belleza, se empezó a hablar. La única joda era que el blog no existía. Entonces me empezaron a macerar los cataplines, hasta que dije: ma sí, vamos a poner el blog.

Y así es que rescataré algunas de las cosas que tengo en una carpeta que denomino pomposamente Literatura. Son ficciones propias, acabadas e inconclusas. Estas últimas se ceden generosamente a quienes les apetezca adoptarlas. Supongo, también, que esporádicamente me voy a mandar alguna disertación, como es de orden en este tipo de estofados. Y en un ataque de entusiasmo hasta podría transcribir algunas de las letras que más íntimamente me han tocado, como estos versos de Darío:

La careta negra se quitó la niña
Y tras el preludio de una alegre riña
Apuró mi boca vino de su viña.

Vino de la viña de la boca loca
Que hace arder el beso, que el mordisco invoca.
Oh, los blancos dientes de la loca boca.

Ojo con el verso:

Vino de la viña de la boca loca

Decirlo es un placer físico, que involucra un juego delicioso de lengua, labios y dientes. Es aliterar de gozo, como quien dice.

Y bien, pues, las hordas que me aclaman tendrán su festín. Cada tanto les iré tirando un pedazo de carne roja cruda, para que las fauces se entretengan.

Buenas tardes.